Liberté, egalité y lo que surja
14 de julio de 2025
Hoy es festivo en Francia. Celebran su revolución. Todavía no tengo claro que una revolución burguesa sea motivo de celebración, sobre todo teniendo en cuenta cuál fue el devenir posterior de dicha revolución: el ascenso de los jacobinos, el régimen del terror, la corrupción del Directorio… ¿Tuvo elementos positivos la Revolución Francesa? Evidentemente que sí, pero en la práctica fue el pistoletazo de salida en Europa para las ambiciones liberales que ya se habían puesto en práctica en los recién estrenados Estados Unidos y que -de una forma más solapada- llevaba tiempo funcionando en el Reino Unido.
En mi humilde opinión, el liberalismo económico constituye la ideología más peligrosa y dañina para el conjunto de la humanidad desde que ésta se bajó de los árboles. Y mira que el listón está alto; pues bien, a pesar de ello, lo sigo considerando de ese modo. Bajo su perspectiva simplona, eso me convierte de forma automática en un enemigo de la libertad, del progreso, de la decencia y no sé, puede que incluso de Dios. Para el liberal, la igualdad es un concepto tramposo, como lo es la libertad. No puede haber más igualdad que la igualdad de oportunidades, ni libertad sin justicia social. Todo lo demás son entelequias, invenciones de la clase burguesa para mantener a raya a la clase trabajadora mientras perpetúa sus privilegios.
Y dicho esto, y teniendo en cuenta que le jour de gloire est arrivé, menos para las colonias francesas, acostumbradas al abuso secular, al atropello y al saqueo sistemático, a ser esclavos de esos tan dignos citoyens o a soportar que utilicen su tierra como terreno de pruebas de sus armas nucleares, quiero recordar que hace pocos días se conmemoró otra efeméride: el 40 aniversario del hundimiento del barco Rainbow Warrior por parte de los servicios secretos franceses. Una indignidad histórica que costó una vida y para la que no se ha hecho justicia.
En fin, Liberté, egalité y fraternité.